Me llena de un inmenso orgullo presentarles nuestro blog para Olga Iglesias Project, una exploración de la historia de la música puertorriqueña a lo largo del siglo XX, con un enfoque especial en la música clásica. Nuestro blog contará con contribuciones de académicos invitados, quienes nos ayudarán a pintar un vívido retrato del rico pasado musical de nuestra nación. Podrían preguntarse: “¿Por qué iniciar un blog?” Permítanme compartir un poco de mi propia historia para ayudar a responder esa pregunta.

Cuando mi abuela paterna, Olga Iglesias, falleció en 2013, descubrimos miles de objetos patrimoniales que había acumulado durante su notable carrera. Para mí, ella era simplemente mi abuela, no la ilustre Olga Iglesias. Rara vez hablaba con nosotros sobre su profesión, ni mencionaba el tesoro de recuerdos que había conservado de sus días como cantante. Al comenzar a catalogar la vasta colección, no solo comprendí la enormidad y urgencia de la tarea, sino también el profundo impacto que pronto tendría en mi vida.

Durante los siguientes ocho años, digitalicé y examiné meticulosamente cada objeto: cartas, periódicos, fotografías, contratos, grabaciones, videos, revistas y mucho más. La colección abarcaba casi todo el siglo XX, desde finales de la década de 1930 hasta principios de la década de 2000. Escudriñé cada página, analicé cada imagen y devoré cada palabra. Investigué los lugares, profundicé en el repertorio presentado en sus programas y convertí cintas de carrete a carrete y VHS a la tecnología más reciente. Para comprender completamente el contexto histórico, estudié las historias políticas de Puerto Rico, España y Estados Unidos, así como las vidas de otras figuras destacadas en la colección, incluidos Pablo Casals, Alexander Schneider, Elsa Rivera Salgado, José Raúl Ramírez, Rudolf Serkin, William Warfield, Ricardo Alegría y Ernesto Ramos Antonini, entre otros. Me sorprendió encontrar a tantas personalidades de la música y la historia puertorriqueña del siglo XX que habían formado parte de la vida de mi abuela. De hecho, ella no era solo mi abuela, sino también la extraordinaria Olga Iglesias.

Esta labor de amor, revisar la colección objeto por objeto, se sintió como un emocionante viaje investigativo. Documenté meticulosamente fechas importantes, colaboradores, repertorio y lugares, e invertí en soluciones de almacenamiento adecuadas para preservar la colección de 3,000 piezas. En el ámbito tecnológico, busqué las herramientas digitales, almacenamiento y estrategias adecuadas, y me familiaricé con los metadatos, las etiquetas y las bases de datos. En esencia, me embarqué en una verdadera misión: el Proyecto Olga Iglesias.

Como nieto de Olga y entusiasta apasionado de las artes, la cultura y la historia, estoy ansioso por compartir este proyecto con el mundo. Es desde este espíritu de alegría y aprecio por nuestra herencia puertorriqueña compartida que nace este blog. ¡Esperamos que disfruten del viaje con nosotros!